Cualquier estudioso serio del ocultismo o esoterismo ha aprendido que para conocer la realidad trascendental es preciso dejar a un lado la mente racional y vivir la experiencia. El problema es que muchos han llegado a confundir esto con que no se debe cultivar el intelecto en absoluto, lo que los lleva a un desprecio al intelecto y a los intelectuales. ¿Por qué es un problema? Porque el intelecto tiene un justo valor en la práctica esotérica u ocultista, que debe ser considerado por todo buscador espiritual.
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