Se las cazaba y torturaba, se las quemaba o ahorcaba, se pensaba que eran criminales, adoradoras del Diablo y herejes. Pero, luego... todo se detuvo. Y de pronto, fueron estafadoras, mentirosas; creer en ellas se convirtió en superstición, en tontería. ¿Por qué? En este programa, te invito a averiguarlo:
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